Hoy publicamos una entrevista que nos realizarón en diciembre de 2010, en la publicación “Barcelona Información” en su suplemento “Barri Horta-Guinardó”.
Porque me gustaría que la finca de Can Carlets se perpetúe como finca agrícola, al estar dentro del parque de Collserola y como lo fue tradicionalmente.
Se me ocurrió lo de los cítricos porque es un árbol de hoja perenne, que a vista de pájaro mantiene el color verde del bosque todo el año, y porque además es la única fruta que pienso que una vez madura no es dañada por las aves.
Can Carlets ha sido siempre conocida como la Torre Carlets, que fue convertida en una finca residencial y de recreo entre finales del siglo XIX e inicio del XX. Ahora bien, según las escrituras de esta posesión, ya se tiene constancia de ella desde 1750, así como de una sucesión de familias anteriores, que podrían llegar al siglo XII o antes. Se da la circunstancia que la casa está muy cerca de la ermita de Sant Cebrià, del siglo IX, y ésta primitivamente tenía orientada su entrada hacia la casa. Después, en el siglo XII, cambiaron su orientación hacia elmar.
Por la similitud de las balaustradas con Can Barret, una finca que se sabe que fue habitada y reformada por los indianos, permite pensar que también pudo haber sido ocupada por los
indianos.
Esta casa llegó a su esplendor agrícola y residencial a principios del siglo XX, un estatus que mantuvo hasta la eclosión inmigratoria que hubo en Barcelona en los años cincuenta, cuando se
convirtió en una pequeña colonia donde vivieron diecinueve familias. A finales de 1996 compré la finca.
Siempre he vivido en el distrito y cuando descubrí esta casa y su entorno, aunque estaba en ruinas, me prendé de ella y descubrí lo que había sido.
Antiguamente todo eran bancales de viña, como gran parte de esta vertiente de Collserola y que llegaban hasta Nou Barris. La casa al parecer era autónoma, tenía una era, disponía de horno,
de agua –la principal riqueza de la casa–, con lo que se producía se podía vivir sin tener que ir a la ciudad.
Por la orografía y por la dificultad del bosque resulta muy difícil. Todo el mundo tiene la visión de un campo plano de cítricos, pero aquí, en cambio, están distribuidos por diferentes bancales, con un desnivel considerable. Además, hacerlo siguiendo los criterios ecológicos lo hace también más costoso, al no poder utilizar herbicidas y plaguicidas.
Al no tener en el entorno otros cultivos, en la zona no hay polinización cruzada y esto da unas mandarinas de la variedad Clementina sin otras semillas que las crucen. También las favorece la pureza del agua de la sierra, que les da un sabor especial –podríamos decir que no te puedes comer solamente una.
On es poden trobar?La venta y consumo de la mandarina es ante todo una cosa temporal que ocupa los meses de noviembre, diciembre y enero. Tanto por su producción y coste, este producto podríamos
decir que va directamente del árbol a la mesa en 24 horas. Es una venta directa a través de nuestra página web www.cancarlets.com.
Tengo ganes de que ya sea la época de probarlas, me han hablado muy bien de vosotros.
ResponderEliminarUn saludo :)